La Escalera

Cómo construir una comunidad de vecinos y vecinas, guía práctica.

Si un domingo cualquiera atendemos a los sonidos de nuestro patio de luces, podemos escuchar multitud de cosas: el llanto de una niña, unos huevos batiéndose y anunciando tortilla, la tele demasiado alta de una pareja mayor o el trajín de un piso de estudiantes.Cuando coincidimos con alguien de nuestro edificio en el ascensor nos saludamos educadamente, nos preguntamos a qué piso vamos y apenas nos miramos a los ojos. Es un ritual sencillo en el que no hay que esforzarse demasiado y que, por norma general, resulta absolutamente predecible.

En noviembre de 2016 falleció Rosa en un incendio provocado por la vela con la que se había visto obligada a alumbrarse. Una de sus vecinas declaró no saber que Rosa no podía pagar a la compañía eléctrica que debía suministrarle energía. Es casi imposible no imaginar la impotencia de esta vecina al conocer las circunstancias en las que vivía Rosa.

Es fácil trazar un hilo que parte de ese ritual de la indiferencia que tan a menudo se representa en el ascensor y que termina en el dolor de conocer, de forma repentina y dramática, en qué situación vive la persona que está al otro lado de tu pared.

A veces, cuando nos cruzamos con un vecino en el rellano, nos descubrimos preguntándonos si su rostro pertenece al que escucha reguetón o al que grita de forma habitual a su pareja. Creemos que esa pregunta responde a la necesidad de com-partir algo con quienes están más cerca, a la incomodidad que se esconde tras la aparente facilidad con la que el “cada cual a lo suyo” se ha instalado en nuestras comunidades de vecinos y vecinas. El proyecto La Escalera nace de la simple necesidad de imaginar otra idea de comunidad, de la comprensión y el conoci-miento de que existen todo tipo de procesos urbanos y socia-les que nos empujan a habitar la comunidad de vecinos y vecinas como un lugar de tránsito que recorremos con paso apresurado o cansado, deseando que no nos molesten. Esta guía nace del propósito de resistir a esos procesos. Nuestra intención es que este material sirva como caja de herramientas y como banco de buenas prácticas que puedan inspirar a vecinos y vecinas en la construcción de una vida comunitaria más cercana, comprometida y satisfactoria.Es fácil trazar un hilo que parte de ese ritual de la indiferencia que tan a menudo se representa en el ascensor y que termina en el dolor de conocer, de forma repentina y dramática, en qué situación vive la persona que está al otro lado de tu pared.

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Autoría: La Escalera; Andecha; e Indaga
Categoría: Intervención
Fecha: Enero, 2018
Cliente: Ayuntamiento de Madrid. Madrid Salud